¿Qué entendemos por facilitación? En términos generales puede definirse como hacer que las cosas ocurran fácilmente, o hacer posible algo.

Partiendo por tanto, de la habilidad y arte del facilitador para que los resultados ocurran, las claves o principios de un proceso de facilitación deben atender a:

  1. Planificación y preparación previa. Diseña tu propio plan de actividades/sesión de formación, haciendo especial mención a los tiempos, contenidos, materiales y objetivos de formación. Antes de que el proceso de formación comience, se recomienda recopilar la mayor cantidad de información que sea posible sobre las personas participantes, con inclusión de edad, nivel académico, lugar de procedencia, así como conocimientos y experiencia previos sobre el tema objeto de la formación. Por otro lado, el éxito de cualquier formación está en el contenido. El contenido es lo que la gente va a recordar, es tu gran idea, tu mensaje, tu enfoque. Si los participantes no sienten que lo que cuentas es interesante, desconoectarán.
  2. El espacio y el ambiente. ¿Cómo generar un clima de confianza creativo? Segun Ferran Adriá las personas aprenden según su vínculo emocional con el facilitador o formador y con sus compañeros.
  3. Comienza las sesiones de formación con actividades para romper el hielo y de presentación personales. Pero no olvides mantener equilibrio entre el tiempo asignado a cualquier ejercicio introductorio (actividades para romper el hielo, introducción personal) y el tiempo total de la sesión de formación.
  4. Entorno de aprendizaje positivo. El facilitador/a tiene que saber escuchar y ser hábil a la hora de hacer preguntas incisivas. Cuando los facilitadores escuchan a las personas participantes con empatía, comunican su interés y su preocupación por ellas, al tiempo que simultáneamente afirman que se valoran las opiniones y los sentimientos. Los facilitadores pueden contribuir también a un entorno de aprendizaje positivo haciendo preguntas inquisitivas o abiertas, en un lenguaje claro, preciso y sin jergas, que les ayuden a ver las cuestiones importantes y pendientes y a aclarar los hechos, solicitando visiones diferentes sobre una cuestión y poniendo en entredicho supuestos.
  5. El trabajo en equipo. En muchos casos, la facilitación funciona mejor cuando hay un equipo de facilitación integrado por dos o más miembros.
  6. Organización del trabajo en equipos pequeños de acuerdo a la tarea que se les pedirá que lleven a cabo. A veces será mejor que los grupos estén formados por participantes que comparten características semejantes (por ejemplo, edad, sexo o etnia); en otras ocasiones los grupos pueden ser mixtos para permitir el intercambio de experiencias diversas. El trabajo en grupos pequeños es esencial para que se produzca un intercambio más íntimo sobre temas delicados cuando se habla a partir de experiencias personales. Aseguren a los participantes que no tienen ninguna obligación de hablar directamente de estas experiencias, en especial fuera de su grupo.
  7. Uso de materiales. El uso de materiales audiovisuales y de formación. Ha sido contrastado que el público en general es capaz de mantener la atención durante una media de 5 minutos. Por ello, debes asegurarte con el uso de los materiales que lo que digas cautive a tu público y mantenga su atención.

Si bien estas son claves de éxito de un proceso de facilitación en términos generales, son solo necesarias pero no suficientes para procesos de facilitación para la innovación. En estos procesos se requiere de conocimiento en el área en el que se facilita, ya solo así el diseño de la formación, taller, workhop o formato del evento tendrá como resultado un artefacto (producto, servicio o proceso) que rompa las bases del status quo.